Como novia, tú eres el centro de atención de ese gran día, así que deberás lucir hermosa. Tradicionalmente el color blanco significa pureza y virginidad. Aunque sigue siendo el color más usado por las novias de primera vez, se pueden usar una gama de colores que van desde los cremas hasta los rojos o negros.

El estilo debe ser reflejo de tu personalidad. En este sentido, no existen reglas rígidas siempre y cuando sea de buen gusto y no sea ofensivo.

Algunos consejos que te puedo dar para ayudarte en el diseño o elección de tu vestido de novia son los siguientes:

Compra revistas de novias de diferentes países y recorta los vestidos que más te agraden. Coloca los recortes en las micas incluidas en esta carpeta para conservarlas con la protección necesaria. De esta manera la persona que te ayude a seleccionar o diseñar tu vestido tendrá una idea más clara de los estilos que prefieres.

Siempre que vayas a probarte vestidos, procura que te acompañe tu mamá o una amiga. Seguramente te será de utilidad escuchar sus comentarios para formarte una opinión. Si te es posible, toma fotografías en las que aparezcas vistiendo los diferentes estilos para que tu misma veas cual es el que te favorece más.

Comienza a seleccionar tu vestido seis meses antes de la boda, ya que algunas tiendas tienen que solicitar los modelos a sus bodegas o proveedores y, en ocasiones, estos pueden tardar de 3 a 4 meses.

Una vez que hayas seleccionado tu vestido, pregunta en la tienda por las políticas de pago y, por precaución, las de cancelación.

Existen cuatro formas para seleccionar tu vestido:

1. Comprar el vestido en una tienda especializada en novias. Aunque puede ser una opción cara, contarás con varios modelos y personas especializadas que te ayudarán a seleccionar el vestido ideal de acuerdo con tus gustos y presupuesto.

2. Solicitar los servicios de un diseñador de modas. El te ayudará a diseñar un modelo que sea adecuado para ti, siempre tomando en cuenta tus gustos y el estilo de tu boda. Esta opción toma más tiempo, ya que deberás ir a pruebas y además tendrás que visitar tiendas de telas para seleccionar la opción deseada.

3. Utilizar un vestido prestado. Y con esto se cumple el dicho:
“Algo nuevo, algo viejo, algo azul y algo prestado.” Esta opción es sentimental y especial.
Aunque deberás tomar en cuenta la restauración del vestido y sus
respectivos ajustes.

4. Rentar un vestido. Aunque esta opción suele ser la más práctica, no siempre es la más económica. Se deben tomar en cuenta nuevamente los ajustes y tal vez la limpieza del vestido.

La tela es otro factor que determina gran parte de la presencia final del vestido.
Pide ayuda a alguna dependienta de la tienda de telas de tu elección para que te enseñe la gran variedad de opciones a tu alcance. De esta forma podrás determinar la textura, el color y la caída de tu vestido.

Algunas de las telas más comunes para vestidos de novia son: shantung, guipure, tul, tafetán, organza, encaje, crepé, chiffon, entre otras.